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¿Por qué regalamos rosas rojas a nuestros seres queridos?

Gotas de sangre convertidas en flor🩸

Había una vez un hombre encarcelado que se enamoró de una joven ciega.

Su amor era tan puro que, rogándole a Dios que le devolviera la vista, Dios le concedió este milagro y su joven amada pudo volver a ver.

Aunque tristemente, no pudieron disfrutar de ello por mucho tiempo, pues él estaba condenado a la orca y falleció días más tarde.

Esto nos suena de algo, ¿no?

Lo que no te habíamos contado era que, la mujer, en agradecimiento por lo que le había entregado, sembró un rosal en su tumba que florecía cada 14 de febrero.

¿Adivináis quién es el hombre?

Efectivamente, estamos hablando de la leyenda de San Valentín.

¿Otra vez? ¡Qué pesados!

Que no cunda el pánico, no vamos a repetirnos, pero este acto tiene una conexión directa con otra historia a la que se le atribuye el hecho del porqué regalamos rosas rojas en ese día tan especial.

Lo cierto es que hay muchas historias al respecto, pero para conocer la más vetusta de todas - y la que más nos gusta, todo sea dicho- tenemos que remontarnos a la antigua Grecia.

Y como podrás imaginar, si hablamos de amor y de la antigua Grecia, Afrodita suele estar involucrada en una de sus muchas tragedias amorosas.

En este caso, debemos dar un pequeño rodeo, pues el otro protagonista de esta historia era Adonis.

Y, ¿quién era Adonis?

Pues el mito de Adonis es uno de los más intrigantes de la edad clásica.

Todo comienza con su nacimiento, y por tanto, con la historia de Mirra, su madre.

Aunque hay diferentes versiones, una de las más extendidas es aquella que cuenta que Mirra era una mujer bellísima, y su madre (orgullosa de su hija) decía que era más hermosa que Afrodita.

Por dicho motivo, Mirra fue castigada con una incesante lujuria hacia su propio padre, Cíniras, rey de Chipre (hay varias versiones de quién fue “el catigador” en este caso, si la propia Afrodita, si las Furias…)

CURIOSIDAD EXTRA:

El mito de Mirra y Cíniras lo canta Orfeo en el décimo libro de La Metamorfosis de Ovidio. El cuento de Mirra es el más largo de los que canta Orfeo (205 líneas) y es la única historia que corresponde con el tema del castigo a mujeres por lujuriosas, considerada la obra central de sus canciones.

De hecho, Ovidio comienza el mito haciendo una advertencia a la audiencia acerca de que el mito es de gran terror, especialmente para padres e hijas:

«La historia que estoy por relatar es terrible: imploro que padres e hijas se mantengan a distancia mientras canto, o serán encantados por mi obra, niégense a creer este relato y hagan como si nunca hubiera pasado: si no, si creen en lo que les cuento, también deberán creer en el castigo que correspondió»

La Metamorfosis, Ovidio.

Este la rechazó, pero Mirra se disfrazó de prostituta y durmió secretamente con su padre.

Mirra y Cíniras, Virgil Solís, Wikipedia

Desgraciadamente, Mirra quedó embarazada y fue descubierta por Cíniras.

Persiguiéndola con un cuchillo, Mirra huyó de él y pidió misericordia a los dioses.

Estos oyeron su plegaria y la transformaron en un árbol de mirra para que su padre no pudiese matarla.

Aquí es donde llega Afrodita, que pasaba junto al árbol en el momento del nacimiento de Adonis.

El nacimiento de Adonis - Marcantonio Franceschini, Wikipedia

Apiadándose de él, lo llevó a Hades (al inframundo) para que Perséfone cuidase de él.

Allí fue criado hasta convertirse en un hermoso joven, cuando Afrodita fue a recuperarlo.

Y, a pesar de que Perséfone no quería perderlo, Zeus la obligó a dejarlo marchar un tercio del año con Afrodita, y ella se quedaría otro tercio del año con él. El resto, sería decisión de Adonis, quién decidió marcharse con la bella Afrodita (tonto tampoco era).

En su estancia con la diosa, el muchacho adquirió un interés por la caza que Afrodita no compartía en absoluto. Aun así lo acompañaba.

En un momento dado, la diosa tuvo que ausentarse (el trabajo de los dioses ocupa tiempo), pero le advirtió a Adonis que no atacase a ningún animal que no mostrara miedo.

Así que, como puedes imaginar, Adonis no le hizo caso, y, para sorprenderla, quiso cazar a un jabalí.

Y, como puedes imaginar también, ¡oh sorpresa! este fue más fuerte que el muchacho y lo mató.

Aunque el jabalí en este caso era un tanto “especial”.

Ese jabalí era realmente Ares, uno de los amantes de Afrodita, que sabiendo del romance y muerto de celos, quiso acabar con esa relación.

La muerte de Adonis - Pedro Pablo Rubens, Wikipedia

La diosa, viendo la lucha, intentó inútilmente llegar hasta su amado, corriendo entre la maleza y encontrándose con unas rosas blancas que, a su paso, cortaron la piel de Afrodita con sus espinas.

Su sangre cayó en este instante sobre las hojas de la flor inmaculada, tiñéndose de rojo al mismo tiempo que Adonis moría.

Desde entonces, las rosas rojas son símbolo de amor.

Así que ya sabes, cada vez que regales una rosa puedes pensar que estás regalando una gota de sangre de Afrodita a un ser querido (que es mucho más romántico puestos a comparar).

¡Nos vemos el miércoles con nuevas novedades que esperamos que os gusten!