- Dark Academia
- Posts
- Filosofía y Juventud (II) - Un *breve* enfoque descriptivo
Filosofía y Juventud (II) - Un *breve* enfoque descriptivo
¡Vuelve el miércoles filosófico!🤓
Hace dos semanas, dimos unas pinceladas sobre qué enfoques podíamos tomar para hacer una buena aproximación académica al concepto de juventud.
📒Recordemos que teníamos el enfoque prescriptivo, el descriptivo y el enunciativo.
Del prescriptivo ya hicimos una breve exposición en este artículo que, si no lo has leído, te recomendamos que leas para enlazar y comprender mejor los conceptos que de los que hoy vamos a tratar, porque sí, hoy vienen curvas🛣️.
Dicho esto, hoy vamos a centrarnos exclusivamente en el enfoque descriptivo para ver qué nos tiene que decir acerca de esto de la juventud.
¡Empezamos!
Hemos revisado el papel de la filosofía de Occidente determinando que las filosofías de la edad antigua, la medieval y la moderna, hicieron inmensos esfuerzos por definir una ruta pedagógica para prescribir el deber ser de la juventud.
Sin embargo, sus textos no nos permiten identificar cuál fue el resultado de dichos esfuerzos.
Lo que sí podemos determinar es que cada época tuvo una apuesta en función de la educación de los jóvenes y desde luego, cada una de ellas respondía a sus propios contextos históricos y filosóficos.
En Occidente, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, la filosofía contemporánea generó una serie de rupturas en la filosofía tradicional como consecuencia de las grandes conmociones políticas, económicas y sociales resultantes de las guerras mundiales.
Estos procesos de ruptura modificaron la forma de hacer filosofía, permitiendo que la noción de juventud tuviese un tratamiento totalmente diferente al prescriptivo.
Ahora, la crítica sobre la condición del sujeto como ser de la existencia y sobre la subjetividad, propia en la filosofía contemporánea y actual, permiten desarrollar una filosofía descriptiva que, para el caso de la juventud, generan una lectura filosófica con una intención diferente: el joven es un objeto que se autodetermina y que desarrolla sus propias lógicas.
Ya no espera a que los filósofos adultos prescriban sus existencias, sino que asume su postura y desarrolla conocimiento a partir de ella.
Ejemplo de esto, es el proceso conocido como mayo del 68 con filósofos como Michel Foucault y otros autores que, posteriormente, desarrollaron una postura hermenéutica sobre la constitución de las juventudes contemporáneas como Giorgio Agamben.
La filosofía descriptiva surge de la reflexión de los filósofos que, en su condición de jóvenes, han tenido una serie de posturas filosóficas que permitieron desarrollar una filosofía desde la juventud crítica frente a la realidad y constructora de nuevos mundos.
En este enfoque, se describe a la juventud y se descubre su rol activo, transformador y en cierto sentido trasgresor.
Y lo cierto es que tenemos varios puntos de vista.
Habermas, por ejemplo, señala que la modernidad es descriptiva por su lógica universalizante, es decir, agencia una serie de formas de pensar e interpretar el mundo para atender a problemas globales y dar respuestas a dichos problemas.
Por otra parte, Heidegger, señala que la filosofía contemporánea enuncia al sujeto desde sus condiciones, desde su propia condición, desde su lugar de interpelación de la realidad.
Estas dos perspectivas hacen que la filosofía del siglo XX describa al sujeto en el mundo, en relación con el mundo.
Este es el contenido de la filosofía descriptiva.
En este sentido, ya no establece un modelo pedagógico para conducir a la juventud hacia el sendero de la plenitud según la filosofía, sino que en cambio, se describe a la juventud como un sujeto social.
El joven, al desarrollar sus propios procesos de reflexión filosófica, se sitúa como actor político y filosófico, definiendo su postura y describiendo su realidad.
De esta manera, presenta su punto de vista como joven en la sociedad, sus propuestas de transformación frente al mundo, y sobre todo, su manera de sentir la realidad.
Un ejemplo de ello es el caso del joven Walter Benjamín.
En 1914, este estudiante de filosofía, publicó un artículo titulado Metaphysik der Jugend (Metafísica de la juventud), en el que plantea que las nuevas generaciones habían de encabezar una revolución cultural de naturaleza espiritual.
Es decir, es una filosofía que parte desde el sujeto, que describe al sujeto, y que en consecuencia hace una ruptura con la tradición filosófica tradicional.
La juventud se comprende no como una condición de las tensiones y entre jóvenes y adultos específicos de una época determinada, sino como una condición humana que es una característica propia del sujeto.
Sin embargo, aparte de vagas observaciones sobre la capacidad orgánica y la dialéctica elites-masas, Ortega y Gasset nunca se ocupó de cómo los grupos de edad desarrollaban una conciencia común y empezaban a actuar como una fuerza histórica coherente.
Fue otro pensador, Karl Manheim, quien en la misma época y de forma independiente, desarrolló la teoría de las generaciones, considerando sus estratificaciones internas a partir del concepto de unidad generacional.
Generando la descentralización de la época como foco de comprensión de la juventud.
¡Uf!
¡Ya avisamos al principio que hoy era movidito!
Seguiremos profundizando en estas interesantísimas posturas dentro de dos semanas para dar un cierre filosófico al tema del mes desde el enfoque que nos falta por ver.
Pero hasta entonces, ¡nos vemos mañana!