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Un amor de Sara Mesa❤️🩹
Para leer dos, tres... veces
La historia ocurre en La Escapa, un pequeño núcleo rural donde Nat, una joven traductora, acaba de mudarse. Su casero no tardará en mostrar su verdadera cara, y los conflictos en torno a la casa alquilada se convertirán en una verdadera obsesión. El resto de los habitantes de la zona (la chica de la tienda, Píter el hippie, la vieja y demente Roberta, Andreas el alemán, la familia de ciudad que pasa allí los fines de semana) acogerán a Nat con aparente normalidad, mientras de fondo laten la incomprensión y la extrañeza mutuas.
Con este pequeño fragmento, Sara Mesa nos prepara el terreno de lo que podremos encontrarnos en su novela.
Un amor aborda, de manera implícita pero constante, el asunto del lenguaje no como forma de comunicación sino de exclusión y diferencia.

Un amor, Sara Mesa. Anagrama
La autora confronta al lector con los límites de su propia moral en una obra ambiciosa, arriesgada y sólida en la que, como si de una tragedia griega se tratara, las pulsiones más insospechadas de sus protagonistas van emergiendo poco a poco mientras, de forma paralela, la comunidad construye su chivo expiatorio.
Sara Mesa nos traslada a La Escapa un pueblo rural que sirve de escondite a Nat, la protagonista de esta historia.
Nat es una traductora en crisis que tuvo que huir de su trabajo por robar y empezar una nueva vida y, en este pueblo, tendrá que aprender a lidiar con unos códigos sociales diferentes, a menudo machistas y retrógrados, siempre indescifrables y perturbadores para ella.
Y es que los habitantes del pueblo la desquician con sus formas, la acosan y se burlan de ella continuamente. Pero en este ambiente febril y asfixiante la autora nos propone un giro interpretativo inesperado.
Sara Mesa se muestra empática con ellos, con los maltratadores, con los acosadores, con los obtusos del pueblo, y les considera seres humanos más vulnerables que Nat y la propia Nat acepta esa humillación porque se considera más fuerte.
Como señala Carlos Pardo en Babelia, “esto es fundamental para sugerir el logro que supone Un amor, Mesa no sólo explora la oscura y desviada voluntad de una víctima individual, su confianza en un equilibrio restaurador, sino que lleva estas implicaciones a un plano político: la fundación de lo social”.
En un momento surrealista de la novela, Nat comienza una relación con uno de los habitantes, una relación que, si bien nace de la ponzoña, parece que se consolida en unos códigos personales implícitos entre ellos.
Sin embargo, Nat empieza a demandar cierta correspondencia, atención, mimos, algo a lo que esta persona no parece dispuesto a conceder.
“¿No le bastan los hechos?, le dice. ¿Los hechos por sí mismos? ¿Por qué necesita interpretarlo todo? ¿Adónde pretende llegar?”
Y esto lleva a Nat a replantearse la relación y aceptar que “quizá es mejor no penetrar en el misterio, no tratar de entenderlo, para evitar que se corrompa. El malestar de la felicidad es una idea que le ronda ahora con insistencia: un tipo de felicidad que contiene en sí misma la semilla de su propia destrucción”.
Leyendo la novela te darás cuenta de que Sara no resuelve todos los enigmas, pero es que no hace falta, porque la vida de los personajes ya está cargada de enigmas y códigos desconocidos como normalmente ocurre en los ambientes rurales.
Además, los personajes de Mesa suelen ser incómodos, cosa que ya pasa en otras de sus novelas como Cara de pan o la durísima Cicatriz .
Pero como ya han señalado críticos y expertos en la materia, en los textos de Mesa se vislumbran ecos de Coetzee como la indefinición de los marcos y los contextos o las disyuntivas morales a las que enfrenta a los personajes (y a los lectores).
Así que la trama es lo de menos, es sólo una excusa para plantear debates y dilemas morales tanto a los personajes como a los lectores.
Y esta es una habilidad poco frecuente que Mesa controla con virtuosismo.
Sus libros son fáciles de leer, pero difíciles de abandonar, en pocas páginas genera ambientes densos y sensaciones incómodas que te perseguirán unos días tras su lectura y cada vez que lo saques de la estantería.
Por eso hay que leer a Sara Mesa. Y releerla.
¡Buen fin de semana y nos vemos el lunes con el último post de este mes!