- Dark Academia
- Posts
- Guía de Lectura (I) - El retrato de Dorian Gray
Guía de Lectura (I) - El retrato de Dorian Gray
El retrato autorretrato de Óscar Wilde
El artista es el creador de obras bellas.
Revelar el arte y esconder al artista, ésa es la meta del arte.
Así comienza el retrato de Dorian Gray.
Con estas dos frases, Oscar Wilde ya nos deja claro el tono que va a tener su única novela.
Quien tenga la edición de Austral, habrá leído en la introducción de Mauro Armiño que el libro nació gracias a un reto planteado por J. Marshall Stoddard, dueño de la revista mensual Lippincott’s Monthly Magazine de EE.UU.
Durante un viaje de negocios que hizo a Londres, este empresario logró comprometer a Oscar Wilde y a Arthur Conan Doyle para escribir un relato largo para sus lectores estadounidenses.
Y gracias a esa proposición tenemos hoy en nuestras vidas El Signo de los Cuatro y El Retrato de Dorian Gray.

Wikipedia
Desde el primer capítulo ya podemos ver cómo este retrato se convierte más bien en un autorretrato del propio Oscar Wilde: tensión entre la moral y el hedonismo.
Wilde era bien conocido por ser un disfrutón de la vida: era vanidoso, le encantaba ir de fiesta y vivir de su apariencia.
Aunque por otra parte, encontramos al Oscar Wilde literario, quien ahonda en cuestiones profundas y filosóficamente complejas: ¿qué pasa cuando el ser humano ha hecho todo lo que estaba destinado a hacer? ¿Quién es el humano más allá de su apariencia?
Esta faceta más académica aparece en toda la obra del autor, como puede verse en su cuento El príncipe feliz, donde desarrolla su visión del amor o en La importancia de llamarse Ernesto donde vemos cuestionada la propia identidad.
Como les pasó a otros autores como Simone De Beauvoir, Oscar encontró su propia originalidad al escribir sobre ella.
Otro factor clave para entender esta obra tan compleja es la fascinación de Wilde por la cultura griega.
De hecho, cuando su padre murió, gastó su herencia íntegramente en hacer viajes por Italia y por Grecia, donde se reafirmó su gusto por lo antiguo.

Oscar Wilde en Grecia, 1877. Wikipedia
Si te fijas, encontrarás siempre palabras en mayúsculas como Amor o Destino.
Para él, estos conceptos son de elevada importancia ya que reflejan directamente los temas más importantes que hemos heredado de los clásicos.
Amor, Destino, Eros, Tragedia romántica…
Oscar nos hace un viaje por todos y cada uno de estos TEMAS con mayúscula. O también trata de dar fundamento a la vida, que viene a ser lo mismo.
Recordemos que nuestro autor del mes vive en la época victoriana y esto también va a tiznar la novela por todas partes.
De hecho, Oscar está viviendo un quiebre entre el romanticismo y la época victoriana que bien queda reflejado en la personalidad del protagonista: un alma rebelde en una sociedad puritana.
También cabe destacar que la novela ve la luz en el año 1890.
Estamos a final de siglo, y esto, para los autores, también supone un tema muy importante que debe ser contemplado en sus trabajos.
Un fin de siglo trae desestabilidad e incertidumbre. Nadie sabe qué nuevos tiempos correrán.
La fatalidad, por tanto, se hace cargo de la obra cuando Dorian Gray es consciente de que algún día va a morir y arrastrará ese tono hasta el final inevitable de la historia.
Todo esto es desarrollado de una manera muy inteligente por parte de Wilde gracias a los personajes que articulan la trama.
Donde, por ejemplo, Lord Henry pone sobre la mesa la visión del ideal de juventud y belleza que conduce a Dorian Gray a una moralidad invertida, muy propia de Nietzsche.
A partir de aquí, solo queda seguir leyendo y en próximas entregas seguiremos profundizando en esta magnífica obra.
¡Buen fin de semana y nos vemos el lunes!