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SUICIDARSE POR AMOR: LA MODA DEL SIGLO XVIII.
Las Penas del Joven Werther, un mal ejemplo de conducta
En 1774 Johann Wolfgang von Goethe publicó “Las penas del joven Werther”. Una obra seguida por una oleada de suicidios.
Inspirados, cómo no, en su infortunado héroe y basado en HECHOS REALES sufridos por el propio autor.
¿Quieres saber en qué se inspiró Goethe para este libro? ¡vamos allá!
Goethe es una de las figuras más importantes de la literatura alemana y uno de los precursores del romanticismo alemán.
Además, de un rompecorazones (literalmente).
Todo escritor con profundas inquietudes románticas ha experimentado en sí mismos las bondades y desavenencias del amor.
Y en el caso de Goethe, las tragedias en este ámbito impactaron en algunas de sus obras.
Sobre todo, en su primera novela, la que hoy traemos aquí.

National Geographic
“Las penas del joven Werther” nos cuenta la historia de un joven de carácter sensible y pasional que se enamora perdidamente de Charlotte, una mujer comprometida.
Aunque Werther suscita el interés de muchas mujeres, él no puede parar de pensar en su verdadero amor. A pesar de no ser correspondido.
Acepta la negativa de Charlotte y la afronta desarrollando una amistad íntima con ella.
Con el tiempo y una serie de sucesos en los que Werther se ve sin salida pues no puede aceptar ver a Charlotte con otro hombre, se acaba suicidando.

Historia National Geographic
Esta trágica historia tuvo tal impacto que transformó al desconocido Goethe en un autor célebre de la noche a la mañana.
En cuestión de meses se imprimieron tres ediciones de la novela.
Y hasta Napoleón Bonaparte consideró esta novela como uno de los trabajos más importantes de Europa, llevando siempre una copia consigo en sus campañas.
En cualquier caso, la novela originó un fenómeno denominado Wether-Fieber. Los hombres vestían como Wether y también tuvo consecuencias en los primeros ejemplos conocidos de suicidio mímico, provocando al parecer el suicidio de unos cuarenta lectores, fenómeno que pasó a ser conocido en la psicología como el efecto Wether.
En muchos lugares (como la ciudad de Leipzig) se censuraría esta obra, prohibiendo la publicación por considerar que el libro era una “incitación al suicidio”.

National Geographic
Pero… ¿Cuál fue la verdadera inspiración de Goethe?
El autor mencionó que su propio sufrimiento juvenil fue parte importante de la creación de la novela, lo cierto es que Wether estaba basado en él mismo y Charlotte tenía el nombre de la amada de Goethe, Charlotte Buff.
Mientras trabajaba en la Cámara imperial del Sacro Imperio Romano Germánico, conoció al secretario Karl Wilhelm Jerusalem con quien cultivó una estrecha amistad. En un baile, al que ambos asistieron, fue donde conocieron a Charlotte y su prometido, Johann Christian Kestner.
Debido al compromiso, los dos jóvenes acabaron siendo amigos, ya que Charlotte lo rechazó y advirtió a Goethe de que no había esperanzas.
Pero no solo esto es verdad, la forma en que da muerte a Wether está basada en el mismísimo Karl Wilhelm.
Este se suicidó por el amor no correspondido que sentía hacia la mujer de otro hombre y pidió prestadas unas pistolas con las que pondría fin a su vida.
Goethe nunca había imaginado la repercusión y consecuencias que tendría su obra y en 1787 hizo una revisión de la misma en la que atribuía la decisión de Werther a una enfermedad anímica y hacía esta advertencia al lector: “Sé un hombre y no sigas mi ejemplo”.
Aunque nos rechacen, no hay acto que atente contra el bienestar de una persona que puede ser explicado “lo hice por amor”.
No queremos cerrar este post sin aclarar algo importante:
Desgraciadamente, el efecto Wether es algo común y fue el sociólogo David Phillips en 1974 quien instauró el término, pues elaboró un estudio entre 1947 y 1968 que demostró que el número de suicidios se incrementaba en todo Estados Unidos al mes siguiente de que el New York Times publicara en portada alguna noticia relacionada con un suicidio.
También se conoce como efecto copycat, y es más probable que se produzca cuando el modelo es una persona célebre. Un caso histórico es la epidemia de suicidios que siguió a la muerte de Marilyn Monroe en 1962.
Y lo mismo ocurrió tras el suicidio de Kurt Cobain, cantante y guitarrista de Nirvana.
La causa es el efecto imitativo de la conducta y al ser los medios de comunicación la forma de contagio, se ha obligado a revisar las publicaciones que traten sobre estos temas.
Siempre hay quien pueda ayudar en estos casos y nunca se está solo ante los problemas.
Desde aquí os advertimos de dicho efecto por si en algún caso propagáis algún tipo de información al respecto.
Sed buenos y nos vemos el próximo miércoles con más contenido.