Lo cierto es que el Universo ya contenía agua antes de que naciera nuestro Sol, por lo que gran parte del agua que bebemos y con la que nos bañamos es increíblemente antigua.

Aunque se pensaba que, cuando se formaba una estrella cercana el agua podía ser destruida en hidrógeno y oxígeno, recientes estudios han demostrado que en nuestro sistema solar entre un 30% y un 50% del agua es más vieja que el Sol.

Pero, a pesar de que gran parte de esta agua sea tan antigua, la tecnología de contenedores, los químicos y empaques puede hacer que se degrade con el tiempo, adquiriendo mal sabor y olor y reduciendo su vida útil a sólo unos pocos años.